El Movimiento Evita realizó su 6to Congreso Nacional “Oscar Valdovinos” el día de hoy, en el microestadio de Malvinas Argentinas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Durante todo el día nos reunimos 2570 delegados y delegadas de todo el país para debatir los ejes de construcción social, sindical, productiva y política de nuestra fuerza. Desde el Movimiento Evita somos conscientes de la inmensa responsabilidad que nos toca por ser una de las fuerzas nacionales de mayor inserción y presencia en cada rincón del país y por representar a los más humildes de la patria.
Vivimos una situación económica y social difícil después de una pandemia que golpeó al mundo entero, no solamente en lo económico, sino también en la esperanza de que un mundo mejor puede existir. La salida de esa situación llevará mucho tiempo, y mucho más en una economía como la Argentina que ya venía golpeada por políticas neoliberales y por una deuda externa insostenible. Nuestro gobierno ha trabajado incansablemente, pero eso no es suficiente. No es suficiente porque dos años y medio es muy poco tiempo para reorientar la economía y a pesar de haber crecido enormemente, los resultados van a tardar en sentirse; no es suficiente porque Argentina acarrea problemas estructurales que solo se terminarán con soluciones de fondo, como la inflación, la concentración económica y la restricción externa; y no es suficiente porque la unidad de nuestro frente político necesita fortalecerse y superar las diferencias que a veces priman sobre los acuerdos.
Pero más allá de ese balance, que compartimos con muchos actores del campo nacional, creemos que no es suficiente porque estamos ante una crisis integral de la política que se ha alejado de la sociedad más que nunca. Frente a la desesperanza de millones de compatriotas ante una democracia y un sistema político que no supo, no quiso o no pudo resolver los problemas de las grandes mayorías, los movimientos populares en general y el Movimiento Evita en particular, somos el órgano de participación democrática, política y social de la mayor porción de los trabajadores y trabajadoras en la Argentina y hemos asumido la tarea de organizar una sociedad que reclama nuevas formas de producción y trabajo.
Por eso seguimos sosteniendo el rol central de los trabajadores y trabajadoras de la Economía popular. El IFE nos demostró que había más de 11 millones de trabajadores y trabajadoras por fuera de las relaciones de dependencia. Hay 6,5 millones en el sector privado y más de 3 en el sector público. Los 11 millones de trabajadores y trabajadoras a las que nos referimos no se quedaron esperando que el Estado o el mercado resolvieran sus ingresos: salieron a buscárselos y hoy son la mayoría de la fuerza de trabajo. Esa realidad económica y social que surge de la dinámica del capitalismo financiero, en el marco del cual hace más de 40 años que no crece el empleo registrado, es la expresión de esta nueva realidad del trabajo y las organizaciones sociales son el ámbito de organización social y política de esos descamisados del presente.
Los Movimientos Populares también somos fundamentales en la unidad del Frente de Todxs y en la política argentina. Le hicimos un aporte invaluable a la unidad del campo nacional y popular después de la derrota de 2015. Entre 2015 y 2019 la clase trabajadora en la calle peleó por un programa de derechos, expresó su verdadera diversidad y fue un factor clave para la trasformación del mapa político que posibilitó la construcción de un Frente de Todxs unitario que dejara atrás las diferencias que había antes de la derrota de 2015. Otro gran aporte significó las inmensas luchas de los feminismos organizados en las calles, que transformaron muchísimo los debates acerca del trabajo, los cuidados y la democracia y que también fueron parte del cambio que hubo en nuestras luchas y en nuestros acuerdos políticos. Fueron las luchas en las calles las que parieron la unidad, y no solamente las conversaciones de los dirigentes de la política. Seguir explicando los procesos políticos como si fueran el resultado de maniobras de dos o tres personas es seguir pensando la política sin el protagonismo de las mayorías.
El Congreso Oscar Valdovinos es el inicio de una nueva etapa política para el Movimiento Evita en la que hemos definido dos objetivos centrales:
En primer lugar, el fortalecimiento del Movimiento Evita a partir de su institucionalización. Iniciamos un proceso importante con la elección de congresales en 24 distritos y el debate en 6 pre-congresos regionales. Por eso hemos votado un estatuto que establece la creación de ámbitos de conducción colectiva, estructuras regionales para que el Movimiento Evita sea verdaderamente federal, hemos reafirmado el desarrollo de los Frentes de Mujeres, Igualdad, Juventud, UTEP Evita, Liberados, Agrario y de Pensamiento como ámbitos para la construcción amplia unitaria y sectorial. También la reafirmación de la existencia de las secretarías de Organización, Educación, Cultura, Salud, Relaciones Internacionales, Deporte, Ecologismo Popular y Prensa y Comunicación, como políticas transversales a toda la organización que construyen, estudian, organizar y resuelven necesidades de nuestros compañeros y compañeras en cada uno de los frentes a lo largo de todo el país. Finalmente, hemos ratificado en su rol de secretario General del Movimiento Evita a Emilio Pérsico, líder indiscutible de nuestra fuerza y expresión de la unidad de muchísimos movimientos sociales de Argentina.
La institucionalización del Movimiento Evita tiene que ver con un crecimiento enorme que hemos tenido en los últimos años y la necesidad de desarrollar una estrategia de poder integral, que además de tener el centro en el poder popular y la organización del pueblo, también implica la institucionalización de nuestra participación político electoral, la reafirmación de la construcción sindical en la UTEP y la articulación y el establecimiento de alianzas productivas con sectores económicos, sociales, gremiales y religiosos que existen y construyen nuestro país todos los días. La salida no puede estar en manos de la política tradicional solamente, tiene que ser un acuerdo que protagonicen los actores reales de la Argentina real.
En segundo lugar, el congreso Oscar Valdovinos ha reafirmado nuestro objetivo de construir un espacio político y social de los movimientos populares. Queremos voz propia en el campo nacional y popular y ya no queremos ser espectadores de los acuerdos de otros. Un espacio político que pueda debatir un proyecto de país que tenga en el centro a la economía popular y el protagonismo de las mayorías en la política.
Nuestro pueblo tiene memoria. Sabe que el peronismo es el movimiento político y social que además de darle protagonismo popular a los trabajadores y trabajadoras, pudo construir un proyecto de Nación en el que tenían un lugar todos los sectores: el trabajo y la producción. También sabe que después del neoliberalismo y la crisis del 2001 fueron los gobiernos peronistas de Néstor y Cristina los que devolvieron a la Argentina niveles de justicia y bienestar. Pero necesitamos que el peronismo sea el espacio político que hable de los problemas de hoy y pueda resolverlos sin dar más excusas. Nuestro pueblo nos necesita: si seguimos lastimando nuestra unidad y vetando a los que piensan diferente no estamos a la altura de sus necesidades.
Desde el Movimiento Evita estamos dispuestos a dar los debates que haga falta, estamos convencidos y convencidas de que la economía popular, que de alguna forma u otra se vincula con la mayoría de los actores del trabajo y la producción, es parte central de la reconstrucción de ese proyecto de país. También estamos convencidos de que el Estado no alcanza para empujar proyectos de transformación, porque la vida política y organizada del pueblo nutre a la sociedad de solidaridad y es la fuente de todos los poderes: es el poder popular.
Nuestra apuesta por un espacio político de las organizaciones populares, de trabajadores y productores busca una sola cosa: fortalecer el Frente de Todxs, fortalecer la unidad de más y más sectores para que 2023 no sea recordado como el año en que el neoliberalismo volvió al gobierno, sino el año en el que la unidad del peronismo volvió a demostrar que tiene capacidad de gobernar la Argentina y construir unidad nacional en favor de las grandes mayorías populares.